El Comité de Resistencia Popular, ha llevado a cabo una acción de denuncia por la exaltación nacionalista que se vive estos días en el Estado español ante la victoria en la Eurocopa 2012 de fútbol de la selección española, una victoria que sirve de anéstesico social y que permite al poder gubernamental proseguir con sus políticas destructivas y destructoras de la clase obrera sin temor a respuesta popular alguna, en un momento de suma fragilidad, donde no es ya nuestro futuro lo que está en juego, sino nuestro propio presente.
El pueblo trabajador, condenado violentamente al paro, a la precariedad laboral, a la destrucción de la Educación y el establecimiento de trabas para el acceso a la misma, al copago sanitario, a la represión por alzar la voz (la voz de quien lucha, de quien no es rebaño), a verse en la calle por los desahucios, y a un largo y odioso etcétera; participa hoy del "marketizado" orgullo que representa el ser español, portándose y exhibiéndose, de acuerdo a los cánones de la moda, una bandera que ha causado y causa incontables muertes y sufrimiento, una bandera que cercena la libertad, una bandera que fue impuesta con una cruenta guerra y una férrea represión que, aún hoy, no ha sido resuelta y continúa aquel legado.
La Eurocopa, como viene siendo habitual en anteriores ediciones, y de la misma manera que el Mundial, ha sido utilizada por el poder para el adoctrinamiento y la distracción del pueblo a través de sus medios de comunicación, los cuales nos han bombardeado todo este tiempo con imágenes simpáticas y mensajes de enardecimiento de lo español, haciendo del fútbol algo más que un deporte, siendo éste el sustituto de todos los valores de los que carece nuestra sociedad, algo en lo que volcamos nuestra atención con el único fin de esperar una victoria que nos permita decir que somos l@s mejores en algo (como si jugáramos nosotr@s mism@s...) con el objetivo de tapar nuestras propias carencias y cubrir la necesidad que el capitalismo impone de tener que ser más que el resto, de competir por competir, sin pararnos siquiera a hacer la más mínima reflexión acerca de ello.
Hoy, seguiremos rizando el rizo, seguiremos actuando como marionetas y el pueblo trabajador ondeará la bandera del país que le encadena a la miseria. Ante esto, desde el C. R. P. decimos, con más firmeza que nunca, que ¡no hay nada que celebrar!