sábado, 17 de noviembre de 2012

Por una organización obrera independiente y combativa.

   El C. R. P. de Villaverde ha llevado a cabo una acción de denuncia del amarillismo que caracteriza a la acción sindical que ejercen CCOO y UGT, sindicatos integrados en la estructura de este sistema explotador que nos está condenando de forma cada vez más acusada, al paro y a la precariedad laboral.

   




  Son estos dos sindicatos desde su entrega sumisa firmada en los tristemente conocidos Pactos de la Moncloa, dos de los grandes culpables de la situación actual de la clase obrera, a la cual no han dudado en vender constantemente con su silencio cómplice en los infinitos conflictos laborales que nos han azotado. Son estos dos sindicatos a quienes no les tiembla el pulso a la hora de firmar ERE's. Son estos dos sindicatos los que, financiados fuertemente por el Estado, han desvirtuado el sindicalismo con su política pactista y de concertación, haciendo del sindicalismo una profesión con sus liberadxs.

  Desde el C. R. P. queremos denunciar todo esto y hacer un llamamiento a la clase obrera a su organización al margen de estos agentes del sistema, en sindicatos verdaderamente obreros y combativos o en asambleas de trabajadorxs en sus lugares de trabajo. Llamamos, así mismo, a las bases de estos sindicatos a abandonarlos, a que los combatan dejándoles sin materia prima de la que poder seguir nutriéndose, e integrándose en otras organizaciones del tipo anteriormente citadas.

*Por C. R. P. Villaverde

lunes, 12 de noviembre de 2012

Los Comités de Resistencia Popular ante el 14-N.

   Cuando la realidad cae por su propio peso y la gran mayoría de la población no dejamos de alarmarnos por datos como casi seis millones de paradxs, un 22% de españolxs viviendo bajo el umbral de riesgo de pobreza, el 40% de los hogares con dificultades para afrontar gastos imprevistos, 1’7 millones de familias con todos sus miembros en paro, o un paro juvenil que supera el 54%, ahora, los sindicatos CCOO y UGT convocan una huelga general para el 14 de noviembre respaldada por el PSOE, ocho meses después de la última (la del 29-M). Cabe preguntarse si no ha habido ningún motivo en todo este tiempo, entre una y otra huelga, para seguir ejerciendo más presión y paros en la producción. Es lógico, también, cuando nos preguntamos si quizás los motivos sean políticos y/o partidistas, dado que pese a la mala gestión del Gobierno anterior sólo se le convocó una huelga general. Otra pregunta lógica que todo el mundo nos hacemos, y quizá la más importante, es si estos sindicatos volverán a vender a todxs lxs trabajadorxs firmando pactos con el Gobierno de turno después del parón de 24 horas que a todxs nos animan a cumplir. Quizás, la respuesta sea que su parón irrisorio y oportunista de 24 horas sirve sólo para lavar la imagen de unos sindicatos y/o políticos frente a una sociedad cada vez más condenada a la pobreza y la precariedad laboral. Por si fuese poco, llaman a la huelga a los trabajadores aún sabiéndose que, gracias a sus políticas de concertación y pacto social, ahora prácticamente se pueda hablar de despido libre (o en el mejor de los casos de abaratamiento del mismo), de la reducción al mínimo del poder de los convenios laborales, etc. En conclusión: ¿Qué garantías nos darán estos sindicatos mayoritarios para ir a la huelga de 24 horas? Quizás las mismas que dieron a tantas personas que ahora ocupan la trágica cola del paro. Todo esto nos lleva a pensar que la solución no está en parones de 24 horas para el lavado de imagen de algunxs de lxs culpables, ni tampoco está en que los sindicatos pidan pequeños parches o reformas en pro de lxs trabajadorxs.

   Tras varias asambleas de debate en torno a la convocatoria del 14-N, los C. R. P. hemos llegado a una serie de puntos en común:
   1. La huelga general es una gran herramienta de lucha contra la Patronal y el Estado, pero que los sindicatos amarillos prostituyen y hacen inocua.
   2. Debe ser objetivo de los diversos movimientos y organizaciones de carácter obrero lograr una huelga general como culminación de un proceso de luchas, concienciación de clase y acumulación de fuerzas, haciendo de tal método algo plenamente obrero, revolucionario e indefinido. Obrero porque la huelga general debe ser convocada por lxs trabajadorxs y sus organizaciones verdaderamente combativas, buscando una unidad de clase que garantice su éxito. Revolucionario porque la huelga general debe valerse de la metodología de lucha que sea necesaria en el momento en el que se desarrolle, sin el pacifismo pactado por el verticalismo sindical, sin manifestaciones de índole festiva, sin negociaciones en pro de intereses particulares y sin acatar los servicios mínimos que desvirtúan la huelga general. Indefinido porque no se ha de marcar un final que acote la huelga, sino que su duración debe ir en función de la consecución de los objetivos político-económicos motivadores de la huelga, manteniendo un pulso parando plenamente la producción hasta la victoria o derrota (derrota que, cuando se da, suele llegar fruto de la represión, traiciones o esquirolaje).
   3. Apoyar el 14-N en los términos que plantean los sindicatos amarillos es darles un balón de oxígeno a ellos y a sus partidos políticos (PSOE, PCE e IU), pues pretenden sacar tajada una vez más de las desgracias del pueblo trabajador para ganar enteros ante él. Fueron CCOO, UGT, PSOE y PCE la “parte izquierda” necesaria para perpetuar y dar estabilidad al sistema que hoy nos tiene en tan malas condiciones, haciéndose cómplices inseparables del mismo en multitud de políticas destinadas a la subyugación de lxs obrerxs, tales como los Pactos de la Moncloa o las reformas laborales.
   4. Consideramos que el hecho de que los sindicatos verticales hayan convocado para el 14-N una huelga general, va a provocar que buena parte consciente de la clase obrera no secunde la convocatoria ante la desidia y el desprecio que se siente hacia estos, por lo que no llamaremos esquiroles a quienes, de forma crítica y razonada, no secunden su formato de huelga farsa, aunque por otro lado, sí vayamos a encontrarnos lxs mismxs esquiroles que nunca secundan nada, ninguna huelga, ninguna lucha; no por clasificarla como farsa, sino por puro conformismo, insolidaridad y los clásicos motivos de un esquirol traidor.
   5. CCOO y UGT no son sindicatos, son mafias sindicales subvencionadas fuertemente por el Estado ante el que nunca serán pujantes, son servidores de la clase dominante. Por ello, hay que decir abiertamente que son nuestros enemigos. Hay que desenmascararles, enfrentarse a ellos. No hablamos de que el conjunto de lxs afiliadxs a estos sindicatos respondan al patrón de sus cúpulas, pues sabemos que hay gente honesta y honrada en sus bases, verdaderxs obrerxs a quienes también les corresponde luchar contra las continuas puñaladas que desde estos sindicatos se han ido dando a lxs trabajadorxs, por lo que llamamos a las bases de estos sindicatos a abandonarlos, rebelándose así contra ellos y dando fuerza a un movimiento obrero independiente y organizado, integrándose en otros sindicatos combativos o creando asambleas en sus lugares de trabajo.


¡Por una verdadera huelga general indefinida, política, de clase y combativa!
¡Guerra al capital y a la mafia sindical!
¡Viva la lucha de la clase obrera!